Producción Industrial

En la primera etapa del proceso de extracción de aceite de palma, los racimos de fruta ingresan al esterilizador para ser sometidos a un proceso de cocimiento. Esto consiste en la aplicación de vapor de agua a baja presión con lo que se logran tres propósitos, detener el proceso de maduración, ablandar los tejidos oleaginosos de la pulpa de la fruta de palma y esterilizar los RFF.

Luego de la esterilización los racimos ingresan al desfrutador para separar los frutos del raquis o tuzas. Este primer subproducto es reutilizado en la producción agrícola para mejorar la textura de los suelos de la plantación.

Posteriormente los frutos ingresan a las prensas y digestores en donde son sometidos a un proceso de macerado para desprender así la pulpa de las nueces y disponer el aceite contenido en la pulpa. La masa obtenida se somete a una temperatura de 95°C quedando lista para el prensado en donde se separa la pulpa, las nueces y una fase líquida que contiene el aceite, agua y lodos.

Esta fase líquida que se obtiene en la separación de las prensas pasa al clarificador donde inicia el proceso de separación de sedimentos, agua y aceite rojo; el flujo continúa hacía las centrífugas donde finalmente se separa el aceite del agua que ha acompañado todo el proceso. De esta forma se obtiene el aceite crudo de palma.

 En REPSA aprovechamos todos los subproductos derivados del proceso industrial de extracción de aceite. Los raquis o tuzas se utilizan en campo, de las nueces del fruto se obtiene el aceite y la harina de palmiste, la fibra de la pulpa se emplea como biocombustible que alimenta las calderas y el efluente, luego del proceso de tratamiento, se reutiliza en el sistema de fertirriego instalado en un área de la plantación.

El efluente, el líquido residual del proceso industrial, está compuesto por agua, lodo y fibra. Por medio de un sistema de tratamiento de agua residuales especial, este efluente es tratado con el fin de que adquiera las características necesarias para reutilizarse en el fertirriego. Este proceso no requiere de ningún químico sino que se logra por medio de un sistema de lagunas de oxidación.

Nuestros sistemas de tratamiento de aguas residuales  constan de tres fases; una fase primaria para la reducción de carga orgánica por medio de digestión bacteriana, una fase secundaria de oxidación y una tercera fase de separación de los sólidos sedimentables, el agua pulida es dirigida a al reservorio de fertirriego para el reúso agrícola. El tiempo promedio de retención hidráulica es de 49 días. Todo el sistema cuenta con una laguna de emergencia diseñada para retener el 33% más de efluente por cualquier eventualidad.